Miercoles, 24 de Abril de 2024

El balón pierde a un amigo

Emotiva carta de Sergi Rojals a su hermano Marc

Punto y final a la carrera como futbolista del hermano menor de una de la parejas con más calidad que ha podido disfrutar el fútbol balear. El pequeño de los Rojals, Marc, disputó su último partido hace diez días contra el Constancia, una fecha que a buen seguro recordará el centrocampista.

Con esta emotiva carta, su hermano Sergi, el cual se retiró el pasado verano, ha querido homenajear la trayectoria de Marc.

 

Carta de Sergi Rojals

“El bueno es tu hermano”. Me decían medio en serio, medio en broma para picarme. “Es absolutamente cierto” contestaba yo. Totalmente en serio, convencido al 100% y sin ápice de falsa modestia.

Siempre estuvo un poco a mi sombra. Porque volvió a Mallorca cuando yo ya llevaba años jugando en el grupo XI de la Tercera División Nacional, por su posición en el terreno de juego y sus consecuencias (menos goles, menos asistencias) y por su carácter.

Precisamente por su carácter fue mejor. Mejor que yo y mejor que cualquier otro. Callado, sin querer sobresalir, utilizando todos los momentos y recursos para analizar las situaciones y mejorar el juego del equipo, el de sus compañeros y el suyo propio. Siempre me ha gustado decir que hay jugadores que si no te gustan o no los aprecias suficiente, no tienes ni puta idea de esto. Marc es ese jugador.

Coincidí con Óscar Troya, actual entrenador del Poblense, media temporada antes de que Marc volviese a la isla después de jugar unos años en Catalunya. Le conocía de sus años de media punta en el fútbol base del Mallorca y no se creía que lo que fichábamos al acabar la temporada era un mediocentro defensivo. Las dudas duraron un par de semanas de pretemporada. Ha sido el pivote de Óscar durante 8 años maravillosos.

Reconozco que yo también dudaba un poco. No le había visto jugar en años. ¿160cms? ¿Un pivote defensivo? ¿Quién iba a saltar arriba los saques largos del portero rival o los despejes de los centrales contrarios? “Fuck me”, ni puta idea de fútbol tenia yo hace 10 años. “A veure Sergi, que no s\'ha de saltar. Em tiro 2 metres enrere i si la pentina me la quedo i si intenta controlar, m’anticipo.” Lógica aplastante y 2000 balones recuperados.

Jamás vi un jugador tan intuitivo. Jamás vi un jugador bajar esos balones llovidos del cielo rodeado de rivales. Jamás vi un jugador tan difícil de quitarle el balón. Y jamás encontré a nadie que encontrara a jugadores ofensivos con tanta facilidad entre líneas. Cómo nos entendimos. Cuántas asistencias de gol di gracias a que vió mi movimiento, arriesgó ese pase, filtró ese balón entre varios rivales y me permitió recibir bien orientado con ventaja.

Le pedí más, lógicamente. Siempre quise que pidiera más el balón. Cuántas más veces pasara por sus pies, mejor para el equipo. Le pedí más agresividad para tirar hacia adelante. Para salir de su perfecto posicionamiento y conducir sorteando rivales. Lo sabía hacer. Lo hizo a menudo. Seguramente me equivocaba. Marc era lo que era por como era. No necesitó dar más asistencias, ni meter más goles ni tener a compañeros cansados de él por pedirla demasiado. Era lo que era y era perfecto.

Con Marc jugué 7 años. Hemos hablado horas de fútbol. Hemos sufrido cuando le han sentado demasiadas veces en partidos gordos. Ha sufrido cuando perdieron la confianza en mi fútbol y no jugué durante un par de meses. Hemos disfrutado de jugar juntos en el 90% de partidos en los cuales hemos estado disponibles. Pude dedicarle un gol el primer partido sin él cuando se rompió el tobillo. Me abrazó llorando cuando terminó el último partido de mi carrera tras la temporada más dura de nuestra vida. Disfrutamos del ascenso a segunda B. Ganamos un partido 2 a 0 con un gol cada uno (su único gol en la Tercera Balear). Cerró los ojos en cada penalti que lancé sufriendo más por mi que por el equipo. Tuvimos mucha suerte con entrenadores y compañeros. Fue la ostia.

Sobretodo, pude pasar todas las horas del mundo junto a mi hermano. En el coche camino a entreno, en aviones para jugar algún partido, en buses, en barcos, en vestuarios. 8 años con mi hermano, 8 años con el mejor jugador con el que he jugado.

Marc jugó su último partido hace unas semanas. Fue su decisión. No se retiró como merecía pero fuck that. Puede estar muy orgulloso. Yo lo estoy.

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