Dicen que cuando un amigo se va deja un vacío imposible de rellenar, pero cuando un amigo de verdad se marcha ese hueco no existirá nunca por la amistad está por encima de cualquier cosa, y ese el caso de José Díaz en Alaró.
El futbolista disputó el pasado domingo el último encuentro de esta temporada con los blancos y se despidió por la puerta grande, victoria con goleada de su equipo y dos goles como aportación personal.
El delantero acarició la pasada temporada el ascenso a tercera división con los de Tomeu Pizà, lo que hubiese sido uno más para su amplio historial, y esta temporada por circunstancias personales abandonará la disciplina blanca por volver al equipo de toda su vida, el Rotlet Molinar.