Transcurría el minuto setenta del partido entre el Lloseta B y el Atlético Rafal con el marcador de un gol a dos para los de Basilio Moragués. El partido transcurría por los cauces normales de esta época de la temporada, máxima tensión sobre el verde por lo mucho en juego pero deportividad entre jugadores.
Un grupo de aficionados dedicó insultos al trio arbitral, actitud totalmente denunciable y que la FFIB ya comunicó que en caso de no cesar los mismos los colegiados tendrían potestad para suspender el partido, y así fue como decidió el colegiado principal del encuentro el Sr.Isaac Rodríguez.
Restan veinte minutos para finalizar el partido y veremos cuál es la decisión del Comité de Competición al respecto, aunque el sentido común indica que los minutos que faltan por disputar se harán a puerta cerrada.
El insulto no está nunca justificado en ningún ámbito de la vida. Tan grave es faltar el respeto a un árbitro, aficionado, entrenador, directivo, jugador…por lo que las suspensiones deberían ser más habituales y las sanciones más ejemplares si realmente se desea erradicar este gran problema que arrastra el fútbol desde su ámbito más profesional al más amateur.