Dicen que la calidad técnica del fútbol no se pierde y que la ilusión es el principal motor de un jugador, esas dos cualidades las cumple a la perfección Omar Hernández, entrenador de porteros y colaborador habitual del staff del Alaró que dirige Tomeu Pizà.
Ayer tarde el veterano guardameta volvió a enfundarse los guantes y defendió con orgullo el arco de los blancos, aunque su regreso no fue el esperado ya que su equipo no pudo con el Petra, perdiendo por cero goles a dos en el debut liguero en casa de los alaroners.
Omar demostró alguna de las cualidades que le hicieron ser uno de los mejores porteros en su momento, seguridad, capacidad de mando y autoridad en el área. Hernández ya tenía el respeto de todo su club por la gran carrera futbolística que lleva a su espalda, pero ahora ha conseguido ser todo un ejemplo de admiración y superación.